Historia de BDSM encontrada en la red...
Soy muy abierta, liberal, muy atrevida, con muchas ganas de aventura y experimentar. Mido 1,65m 55kg, pelo largo liso castaño, ojos castaños, piercing en el ombligo y depiladita. En el sexo soy una zorrita sumisa, me encanta el mundo del BDSM. Me gusta que me humillen, que me dominen, aten como quieran, venden, azoten, pongan pinzas en mis , que hagan de mí lo que quieran. Me gusta sentirme usada, como si sólo fuera un objeto para dar placer y de la forma que quieran. Me gusta que me meen, follen fuerte, salvajemente sin compasión, en la boca, culo, tetas o coño y se corran donde quieran de mi cuerpo (donde sea, me encanta la polla, me gusta mucho recibirla, me da mucho morbo, me excita y calienta un montón. Me gusta recibirla en todas partes, en mi boca, en mi cara, en mis labios, en mi lengua, en mi pelo, en mis tetas, en la espalda, en el culo, dentro del culo, por el coño, dentro del coño, en mis muslos… Me pone a mil el semen.). Me encanta que me follen la boca hasta el fondo, haciéndome babear y atragantar. En fin, que me hagan lo que quieran, como quieran, donde quieran y lo fuerte que quieran.
Había estado de fiesta con las amigas. Llegué a casa a eso de las 3:30 de la madrugada demasiado borracha. Al entrar en casa lo primero que hice fue ponerme cómoda, me quité mis zapatos, la chamarra, la camiseta y el sujetador y me puse encima solamente una sudadera. Me dispuse a quitarme mi tanga sin quitarme la minifalda vaquera de mezclilla que llevaba, cuando me di cuenta de que no tenía mi tanga puesto (a día de hoy sigo sin saber dónde me la quité y en qué momento), no fue en casa ya que no ha aparecido a día de hoy. Así que me quedé descalza vestida sólo con la sudadera y la minifalda vaquera, sin nada debajo.
Cuando me emborracho tanto siempre me pongo muy cachonda y muy puta. Quería sexo, necesitaba sexo, necesitaba ser follada, ser usada, me daba igual por quien. Estaba tan excitada que me puse a mirar por la ventana de mi piso, a la espera de que pasase alguien, quien fuera, y bajar como estaba con la minifalda sin tanga y con la sudadera con la cremallera bajada hasta el ombligo y subírmelo a mi departamento.
Pero no fue así, a esas horas no pasaba nadie por mi casa así que encendí el ordenador en busca de algún contacto de la zona. Pero no había nadie conectado. Entonces decidí buscar en algún chat de internet a alguien de la zona con ganas de follarse a una zorrita sumisa como yo. Y al cabo de unos minutos lo encontré, un hombre de 52 años. Le conté todos mis gustos sin dejarme ni uno, y le dije como estaba en ese momento. Para mi mala suerte el no podía en ese momento, pero quedamos al otro día para la tarde, a las 17:00. Iba a ser mi amo por una noche y el me iba a usar como quisiera.
Quedamos en un centro comercial que hay cerca de mi casa a unos 10 minutos a pie. Me ordenó que fuera vestida con una gabardina o abrigo largo (hasta los muslos) y que debajo sólo llevase unas medias de rejilla con liguero y con unos tacones negros. Además tendría que ir con un vibrador metido en el culo y unas bolas chinas en el coño. Así que cuando fueron las 16:40 (para no llegar tarde) salí de casa como él me había ordenado, y tome el camino a las puertas del centro comercial.
Mmientras iba andando, a veces tenía que parar porque se me iba saliendo el vibrador del culo (sin llegar a caerse), y varias veces me tuve que poner de espaldas a una pared, pasar la mano por mi espalda y meterla bajo el abrigo con disimulo para volver a meter el vibrador hasta el fondo del culo; las bolas chinas no se salían de mi coño. Tenía el coño y el culo muy dilatado y chorreando, mientras iba andando notaba como mojaba mis muslos y piernas.Yo llegué a menos cinco y él en punto como un reloj. Nos encontramos en la puerta del centro comercial, en la calle, se acerco a mí y sin decir nada me puso contra una pared y me abrió el abrigo para ver que realmente iba debajo sólo llevaba las medias de rejilla con liguero. Metió sus dedos en mi coño, y luego me dio la vuelta y los metió en el culo para comprobar que iba con las bolas chinas en el coño y el vibrador en el culo, y me volvió a atar el abrigo, todo esto sin decirme nada. Si se dio cuenta alguien no lo sé, pasaban unas pocas personas, y su cuerpo tapaba el mío, así que no si alguien se dio cuenta, yo estaba algo nerviosa la verdad. Fue entonces cuando me agarró de la cara y me dijo: Hola puta, veo que has cumplido lo que te ordene, ahora vas a ser mía, llámame Amo Iker a partir de ahora. Y entramos al centro comercial.
Al entrar en el centro comercial, me dijo que íbamos a ir a los baños del último piso, y antes de ir, me desabrocho unos cuantos botones de arriba del abrigo, haciéndome enseñar un escote muy grande, además de ir sin nada debajo. Empezamos a subir, y cada vez que subíamos escaleras mecánicas él se ponía justo detrás de mí, metía la mano bajo el abrigo y sacaba y metía mi vibrador del culo. De vez en cuando se me retorcía el cuerpo en las escaleras, del placer y del morbo y al ir con barios botones desabrochados, cuando hacia un movimiento de placer brusco se me salió una teta más de una vez, de hecho un viejo que bajaba por las escaleras de al lado lo vio. Pero yo ya no sentía nada de vergüenza, estaba completamente excitada, y eso me puso aún más cachonda.
Llegamos al último piso y antes de entrar al baño, me puso contra la pared mirándole a él, pego su cuerpo al mío y empezó a besarme a la vez que metió una mano bajo el abrigo metiéndome dos dedos en mi coño, donde yo tenía las bolas chinas. Se me escapó más de un gemido y cuando saco sus dedos, estaban todos mojados y pegajosos de mis flujos vaginales; se los seco en mi cara, y me llevo al baño de los hombres. No nos cruzamos con nadie.
Nos metimos en un baño, cerró la puerta, me puso una mordaza de bola en mi boca que se sacó del bolsillo, me quitó el abrigo y me saco el vibrador del culo. Me puso contra la pared, apachurando mis tetas contra ella y sacando el culo hacia afuera y con las piernas abiertas me metió su polla de una sola embestida. Me folló contra la pared, mis tetas estaban contra la fría pared y mi cara también. Él me daba por el culo desde atrás. Cuando se cansó de mi culo volvió a meterme el vibrador, además lo dejo vibrando. Sacó las bolas chinas de mi coño y también las limpió en mi cara y empezó a follarme por el coño también contra la pared desde atrás. Tuve un rico orgasmo y no puede evitar caer al suelo del placer cada vez que me corría. El se corrió dentro de mi coño, me puso unas pinzas con pesos en mis labios vaginales y las bolas chinas en el coño. Volvió a ponerme el abrigo como lo tenía antes con unos cuantos botones desabrochados.
Salimos del baño, yo iba con toda la cara mojada con mis flujos de todas las veces que los había limpiado en mi cara, prácticamente iba enseñando las tetas, mis piernas todas mojadas de mis corridas y me iba goteando semen del coño. Me ordeno que fuese siempre un metro detrás de él, como si no fuésemos juntos. Cuando caminaba se me hacia dificil hacerlo por los pesos colcando de mis labios de mi coño. La situación cada vez me iba poniendo más cachonda. Llegamos al garaje del centro comercial, donde el tenía aparcada su furgoneta. Antes de subir me hizo quitarme el abrigo y dejarlo con mi bolso en la parte de atrás. Así que monté desnuda en su furgoneta, y de lo caliente que estaba y del morbo de estar desnuda, y al sentarme con el vibrador (que seguía vibrando muy poco), las bolas chinas y las pinzas se apretaron más le termine mojándole todo el asiento. Él dijo que pensaría luego una forma de castigarme por eso. Arrancó la furgoneta y me llevo sentada desnuda, con las pinzas con pesos en los labios vaginales, las bolas chinas en el coño y el vibra moviéndose dentro de mi culo hasta llegar a su casa.
Por el camino, muchos coches al pasar se quedaban mirando. Yo bajaba la cabeza humillada (pero excitada), pero él cuando se daba cuenta me hacía levantar la cabeza mirarles y dedicarles una sonrisa, alguna vez incluso saludar o mandarles un beso. Aparcó la furgoneta fuera de su casa me dio mi bolso y el abrigo, me lo abrocho bie para que sus vecinos no supiesen de que iba el asunto, y pasamos a su casa.
Al entrar en su casa hizo que me quitara el abrigo, mis zapatos y las medias, estas las usó para atarme las manos a la espalda. Me volvió a poner la mordaza. Sacó las bolas chinas de mi coño y el vibrador del culo, me metió el vibrador en el coño y en el culo me metió un plug grande que entro con sorprendente facilidad y que acababa en una cola de caballo. Me puso una correa para perros y me llevo a su cuarto de la correa. Me quitó las pinzas del coño, y durante un rato muy largo, me azotó, me apretó las tetas, me escupió, me hizo andar a cuatro patas por el cuarto. Luego sacó el vibra del coño y me folló sin sacar el de cola de caballo del culo hasta que se volvió a correr dentro de mí. Cuando termino volvió a meter el vibra en mi coño y me ató las manos a los pies dejándome en atada en posición fetal, con el vibra metido, la cola de caballo, amordazada, los ojos vendados, antes de dejarme ahí me puso unos tapones en mis oidos y salió del cuarto cerrandolo con llave o eso me pareció a mi.
Al rato, pude escuhar abrirse la puerta, y durante otro rato largo tuve más de lo mismo que había tenido antes; solo que atada pero esta vez sí saco la cola de caballo y me follo el culo violentamente que tuve otro orgasmo, el termino hasta que se corrió dentro de mi culo y volvió a poner la cola de caballo sin dejar que se derramase una gota de semen. Sentí toda su leche caliente dentro de mi culo. En todo este rato no dijo ni una sola palabra. El no me dijo y no creo que lo haga, pero estoy segura que ese que me follo esa vez no fue el, yo con los ojos vendados no veía y los tapones en mis oidos no me daria cuenta pero lo noté diferente, no se si sería algún amigo o conocido suyo no lo sabré ya.
Al cabo de un rato volvió a entrar (esta vez
sí era el), sólo me quito la venda de los ojos y empezó a besarme
y a acariciarme la cara. Siguió besándome mientras empezó a
acariciarme el resto del cuerpo, de arriba abajo; hombros, brazos,
tetas, cadera suavemente, hasta llegar a mi culo, entonces me lo
agarraba fuerte, soltaba y me daba un azote. Después de cada azote
metía la mano entre mis piernas y sentia como me pellizcaba mi clítoris. Estuvo
así unos minutos, hasta que se quito su pantalón, me puso en el
borde de la cama (yo seguía atada y con mis agujeros tapados ), me agarró de la cabeza quitandome la mordaza mojada por mi baba y me metió su pene aún flácido
en la boca hasta llegar a sus huevos. Notaba como se iba hinchando
dentro de mi boca y cogiéndome de la cabeza empezó a follarme la
boca salvajemente. Yo me atragantaba, babeaba y me quedaba sin aire,
sólo podía respirar cuando el sacaba su polla para volver a meterla
brutalmente otra vez en mi boca. Acabó corriéndose mientras me
follaba la boca. Mi boca estaba chorreando de baba mezclada con su leche.
Se puso el pantalón y me desató completamente y me llevó al cuarto de baño. Una vez ahí, abrió los grifos de la ducha, y espero a que el agua estuviese caliente. Una vez me metí, me saco la cola de caballo y el vibra. Me enjabonó y limpió completamente, de arriba abajo incluso las corridas internas que tenía. Una vez limpia, me saco de la ducha y con una toalla me secó con una dulzura que no había mostrado hasta ahora. Desnuda como estaba me llevó a la sala de estar, donde tenía la tele puesta cogió el teléfono y pidió una pizza para cenar. Mientras esperábamos la pizza estuvimos hablando, conociéndonos, echando unas risas con el programa de televisión que estaba puesto y nos sacamos fotos juntos (fotos normales, de amigos, las típicas de estirando el brazo con la cámara y posar los dos con una sonrisa), solo que yo estaba desnuda.
Sonó el telefono, era la pizza. Entonces me dijo: Espera que vas a abrir la puerta tú, pero no así. Fue al baño y volvió con el consolador que acababa en cola de caballo y me lo metió en el culo (que seguía dilatado) y me dio dinero, pero me los colocó en la raja del culo, encima de la cola de caballo. Me dijo que a la hora de pagar tenía que darme la vuelta, y ofrecerle el dinero desde el culo. Aparte me dijo que tenía que conseguir que el repartidor me sobase las tetas y metiese su mano entre mis piernas para tocarme el coño. Sin darme tiempo a asimilar todo esto sonó el timbre de la puerta y el Amo Iker se escondió. Abrí la puerta y el repartidor soltó un ¡joder! de asombro al verme completamente desnuda. Todo nervioso me dio la caja de la pizza y me dijo el precio. Yo me di la vuelta ofreciéndole mi culo con el dinero, pero se quedo aún más sorprendido al ver la cola de caballo. Le dije que cogiese el dinero y lo cogió sin rozarme nada el culo. Mientras buscaba nervioso en la bolsa el cambio, le dije si no le apetecía tocar mis tetas y me preguntó si se lo decía en serio. Cogí la mano que él tenía libre y se la puse en mi teta derecha y empezó a manosearla un poco. Cuando iba a retirar su mano se la agarré y él se me quedo mirando y me dijo que se tenía que ir todo nervioso. Le dije espera, y bajé su mano rozando mi cuerpo hasta ponerla entre mis piernas, en mi coño y con mi mano impulsé uno de sus dedos dentro de mi coño. Lo saco y metió unos segundos hasta que de improviso dijo que no podía hacer eso, que él tenía novia, que tenía que volver a la pizzería… Se puso a buscar los cambios, pero le dije que se quedase con el y cerré la puerta.
Llevé la pizza al salón, donde el Amo Iker me dijo que le había encantado como lo había hecho y que estaba muy orgulloso de su perrita. Me quitó la cola de caballo del culo y despues comimos la pizza sentados en el sofá viendo la tele, hablando y riéndonos. Al rato de cenar me dio mi abrigo, metió en el bolso las bolas chinas, el vibrador y la cola de caballo (regalo que me encantó), me puse las medias, mis zapatos y el abrigo, bajamos a su furgoneta ya que me iba acercar a mi casa.
Termine muy sumamente cansada. Fue un día para no olvidar, es la mejor aventura sexual que he tenido con un desconosido y en la que más he podido disfrutar. Ahora siempre estoy a la espera de que ese señor de 52 años, coja el teléfono me llame y me vuelva a hacer disfrutar de esta manera.
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