Historia de selfbondage
Relato encontrado en la red...
Les platico de mi primer experiencia selfbondage. Eso sí, me puse a investigar mucho, y además, mi gran amigo se vio muy lindo, porque sabiendo lo que me llama la atención, me busco material para experimentar en mi misma y fue genial!!!
De entrada, le pedí que si quería ayudarme en algo, pero me
dijo que si yo quería que él estuviera, ahí estaría, pero que sentía que lo
mejor era dejarme a mi sola experimentarlo, eso sí, con teléfono a la mano para
cualquier cosa. Definitivamente es un amor 💙😍
Bueno, déjenme contarles y al mismo tiempo imagínenlo:
Mi amigo me consiguió unas cuerdas de algodón, unas esposas y una mordaza de bola de goma negra (ball gag). Me puse un conjunto de bikini muy sexy (aunque no sé porque si nadie me iba a ver), una mini de mezclilla, un top negro, unas medias y unos tacones rosas que me acababa de comprar.
Tenía una hora que me había bañado pero con los nervios no dudaba que iba a sudar a pesar de que esa tarde hacia frio. Me maquille lo mínimo, me delineé los labios y me puse un perfume muy tenue. Preparé todo en mi recamara sobre mi cama y en verdad estaba sumamente nerviosa. Me asomaba constantemente a la ventana, quizá esperando que nadie llegara o al revés, no lo sé. Puse lo necesario a la mano junto con el celular y las llaves de las esposas en la sala, eso era lo emocionante!!!.
Y comencé: Primero, por atarme las rodillas, me di dos vueltas con una de las cuerdas y después entre las rodillas, fueron como 4 vueltas, hice un nudo no tan apretado y de forma que se pudiera soltar de un jalón, de igual manera los tobillos. No había forma de que se soltaran solas las cuerdas. Me coloque las esposas y la cerré en una muñeca. En ese momento, mi corazón ya latía a un ritmo más rápido y las palmas de mis manos comenzaban a sudar, incluso, sentía que mis piernas me templaban. De ese modo me pare de mi cama y brinco a brinco me fui al espejo del pasillo, simplemente para verme completa. Ya estaba excitada. Regrese a la recamara y me di cuenta que si faltaban cosas, me iba a ser difícil moverme con mas ataduras. Ni hablar, vamos a seguir. Me coloque el ball gag y por ser mi primera vez, me incomodaba un poco, eso si, no podía decir palabra alguna. (Fue cuando vi que no iba a ser de mucha ayuda el celular).
Viéndome frente al espejo de mi buro, sobre mi cintura me di dos vueltas con una cuerda e hice nuevamente un nudo con un moño, el cual iba a mover para mi espalda ya que iba a servir para meter una de las esposas para mi otra muñeca. Y estaba casi lista. No me faltaba nada más. Bueno, eso creía. Así que me acosté en mi cama, y metí parte de las esposas por el nudo de mi espalda. Aun dudaba, pero no iba a retroceder. Como en una película de suspenso: mientras todo era silencio escuche el clic de las esposas y ya no podía echarme para atrás. Estaba hecho.
Cerré los ojos y recostada sobre mi almohada trate de relajarme pensando en lo que estaba haciendo, en que estaba cumpliendo una fantasía. Tal fue mi relajación que de repente me asusto el sonido del timbre. Alguien estaba en la puerta. Se vino a mi mente mi amigo y súbitamente mi ritmo cardíaco subió, ya que por lo que me había comentado al principio, me llamaría para saber si todo estaba bien, pero primero llamaría, no me dijo que iría. Como sea, me excitaba el hecho de saber que me iba a encontrar atada y en completa disposición, añadiendo a esto mi atuendo ya que de antemano sabía que me iba a encontrar sexymente vestida. Así me lo ha dicho cada vez que me ve con mini y tacones. Mi boca comenzaba a salivar demasiado, como nunca lo había sentido, mis pezones empezaron a exaltarse con el rose del edredón, y mayor excitación sentí cuando trate de mover mis manos para levantarme y simplemente no podía. Esos momentos se me hicieron eternos al tratar de escuchar la llave entrando en el cerrojo, ya que para cualquier situación que se presentara, le había facilitado una copia de las llaves de toda mi casa. Trate de ponerme al pie de la cama, como pude me senté y seguía esperando. Viéndome nuevamente en el espejo del tocador sentí precisamente eso que quería experimentar.
Después de un par de minutos, no se oyó nada más. No era él, y sentí ese alivio seguido de una frustración, ya que había llegado a mojarme pensando e imaginando la manera en la que me iba a encontrar y las cosas que podían suceder. Recordando también que es mi gran amigo y que sabe que me tiene en sus manos como si estuviese en un lecho de rosas, sin hacerme nada que me hiciera sentir mal. Pero por el contrario, yo, esperando quizá que algo mas pasara...
Ese primer momento fue genial. Ya había sentido la excitación de que alguien llegaba y me encontrará. También el momento en el que me quise soltar y simplemente no pude junto los quejidos que sin querer había emitido en ese momento. Era fantástico lo que estaba sintiendo.
Llego el momento de dirigirme a la sala para tratar de liberarme. Me puse de pie y no parecía difícil cruzar el pasillo, sin embargo al dar los pequeños brincos no podía mantener el equilibrio, tenía que apoyarme en parte, primero de la cama, después de la pared y la puerta para salir de mi recamara. Una vez que llegue al pasillo me resulto fascinante verme completa en el espejo y fue cuando me di cuenta que hubiera sido buena idea una cámara grabando. Simplemente vi lo que a muchos les gustaría ver y me pregunte, que es lo que diría alguien a quien le guste: una chica, completamente sensual, sexy, sola y a disposición... no sé donde, pero en alguna ocasión lo escuche...
No sé como paso, pero ya me sentía cansada. Cruce el pasillo y llegue a la sala. De repente sonó mi celular, estaba en la recamara. Otra vez pensé que era mi amigo y no podía ir a contestar, por lo que deduje que no tardaría mucho en llegar. No me percate que las llaves las había puesto en el antebrazo del sillón, pero al darme la vuelta, con el brinco moví la orilla de la alfombra lo que hizo que perdiera el equilibrio y sin querer caí al costado del sofá. No caí de forma brusca hasta lo sentí como en cámara lenta , pero no me podía poner de pie. Por lo que opte por arrastrarme hacía el sillón, lo cual me excito mucho más, ya que no me había percatado de que me reflejaba desde el gran espejo del pasillo y nuevamente, fue otro momento inolvidable, ya que hasta ese momento solo había visto esa imagen por fotos en internet. Ahora, era real, y no solo real, era yo, cumpliendo completamente mi fantasía😍.
Era todo... no me podía poner de pie, no me podía liberar y las llaves estaban fuera de mi alcance. Simplemente no había más que hacer. Recostada sobre la alfombra y boca abajo, me puse a imaginar que haría una persona cautiva queriendo escapar. Y me llegaron imágenes de las series policíacas de la televisión: Se me ocurrió que aun con los pies atados, podría tirar las llaves que estaban en el sillón. Me arrastre, me puse boca arriba y como pude subí mis piernas para tratar de alcanzar las llaves, pero no pude, no estaban de ese lado, así que me arrastre fuera de la alfombra, sintiendo el piso sumamente frio al calor de mi cuerpo por tanto movimiento y excitación. No se como fue pero enganche las llaves con el tacón de mi zapatilla por lo que evite cualquier movimiento brusco, de lo contrario, caerían las llaves al interior del sillón y me tendría que mover nuevamente para intentar tomarlas. No fue así, al bajar mis piernas las llaves cayeron al piso para al fin, tomarlas con mis manos. Sentí un gran alivio, sin embargo, el tiempo corría y tenía que apresurarme. Busque la manera de introducir la llave y no batalle mucho. Libere las esposas y comencé a quitarme la ball gag llena de mi baba y a desatarme, ahí mismo, en la alfombra. Estaba fatigada como si hubiera hecho mil horas de ejercicio 😪, una vez que termine, me dirigí a mi recamara, nuevamente viendo en el espejo a esa chica con una gran sonrisa.
Ya en mi recamara, revise el teléfono, efectivamente, había sido mi amigo. ¿Pero que había pasado que no llegaba? Sin esperar más, le marque y contesto más que inmediatamente.
Lo primero que le dije fue: tranquilo, todo está bien.
Él me respondió: lo sé. Con esa voz que me tranquiliza y me hace saber que él está ahí, como siempre, cuidándome 💗.
Le pregunté: ¿donde estas?, respondió, afuera.
Salí de mi recamara, cruce el pasillo y me asomé por la ventana y efectivamente, ahí estaba, sentado en la jardinera de la entrada. Sin pensarlo más, abrí la puerta y con una gran sonrisa lo invité a pasar. Se levantó, colgó el teléfono y lo recibí con un gran beso, me abrazo con fuerza y nuevamente me hizo sentir segura. Nos separamos y me tomo de las manos, recorriendo mi cuerpo con sus ojos, percatándome de la lujuria en su mirada. Sin decir palabra alguna, me sentí alagada y le comenté que me hubiera gustado que estuviera ahí a lo que respondió: aquí estuve, solo que no me viste.¿Como?, pregunte: En la entrada, respondió. No supe que decir y continuó: después de un rato, imaginé lo que estarías haciendo, no sé si tuve tino en los tiempos, pero quise tocar el timbre, como no abriste, deduje que ya estabas imposibilitada para abrir, después, calculé el tiempo para que no tuvieras el teléfono al alcance pero al mismo tiempo para que te hiciera sentir esa inquietud de mi llegada.
No te miento, me dijo: estaba inquieto por saber si estabas bien, y si lo que habías planeado te estaba resultado, incluso estuve tentado a entrar. Pero al acercarme a la puerta sigilosamente, alcance a escuchar unos saltos pequeños en tacones y fue cuando mi imaginación voló. Cerré los ojos y te vi atada, amordazada y vulnerable, lo que me hizo saber que estabas bien. Me regresé a mi posición de guardia, a seguir resguardando a mi princesa con su sueño. Sin embargo, como a todo niño, me ganó la curiosidad y nuevamente en completo sigilo, ya que mi chica estaba cerca de la entrada, me acerque a la puerta a tratar de escuchar y fue excitante. Alcance a escuchar un quejido, un aahhh!! Que te deshace e imaginé que lo estabas disfrutando. Sin dudarlo, me regrese a mi lugar a esperar...
Al escuchar todo lo que me contó y mas la forma en lo que lo hizo, me hizo saber que no habría nadie más, más que él para cuidarme en esta fantasía. Simplemente no podía pedir más. Con un gran suspiro lo abrase y cerré la puerta de la entrada.




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